"Adivina cuánto te quiero", un cuento sobre el amor
A veces es díficil encontrar las palabras. En realidad ¿hay palabras para explicar ese arrobamiento, esa dulzura infinita, esa magia del amor que sentimos cuando miramos a nuestro niño? ¿Puede él, tan chiquito, encontrar las palabras que expresen lo que siente por nosotros?
Este precioso cuento, firmado por Sam McBratney, las busca y nos las ofrece perfectas para decir y para soñar. Y es que el amor es más grande que todo lo que podamos abarcar con los brazos, más alto de cuanto podamos saltar. Es tan inmenso que ir y volver de la Luna lo abarcaría y necesitaríamos más espacio aun.
En “Adivina cuanto te quiero” son dos liebres las protagonistas, la grande y pequeña. La liebre grande es un papá o una mamá. Introduce dulcemente la idea de no dejar a los niños dormirse solitos, porque termina cuando la liebre grande besa a la pequeña adormilada y la acompaña mientras se va durmiendo. Una preciosidad, de verdad.
Este precioso cuento, firmado por Sam McBratney, las busca y nos las ofrece perfectas para decir y para soñar. Y es que el amor es más grande que todo lo que podamos abarcar con los brazos, más alto de cuanto podamos saltar. Es tan inmenso que ir y volver de la Luna lo abarcaría y necesitaríamos más espacio aun.
En “Adivina cuanto te quiero” son dos liebres las protagonistas, la grande y pequeña. La liebre grande es un papá o una mamá. Introduce dulcemente la idea de no dejar a los niños dormirse solitos, porque termina cuando la liebre grande besa a la pequeña adormilada y la acompaña mientras se va durmiendo. Una preciosidad, de verdad.
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